El 2022, como los dos años anteriores, fue un año de retos, de pruebas y de grandes aprendizajes. Las circunstancias nos mostraron que somos mucho más de lo que pensamos y que, podemos ser ilimitadamente mejores seres humanos de lo que jamás podríamos imaginar.

Por eso, es importante al finalizar cada año, tomarnos el tiempo para reflexionar y hacernos conscientes sobre los logros que obtuvimos, reconocer lo que creamos, lo que dejamos de hacer, lo que aprendimos, lo que nos funcionó, lo que definitivamente no funcionó, los aspectos internos que debemos trabajar, los hábitos que debemos cambiar, los pensamientos, las emociones, las acciones acertadas y las no tan acertadas, los cambios sociales que de manera consciente debemos propiciar, las personas con las que queremos continuar y las que debemos despedir de nuestra vida.

Cuando iniciamos un nuevo año solemos hacer una lista de metas que va desde perder peso, dejar de fumar, hacer ejercicios, conseguir otro trabajo, leer los 200 libros que están esperando en la biblioteca desde hace años, hacer un viaje, comprar una casa, ganar más dinero, tener un hijo, cambiar de carro, expandir tu negocio o iniciar uno nuevo, escribir un libro y hasta sembrar un árbol para cumplir con esas cosas que se supone debemos hacer.

Iniciamos entonces diciéndonos: ¡Este año si lo haré! ¡Nada me detendrá!

En muchos casos diseñamos rigurosos planes estableciendo objetivos, trazando metas cuantificables, todo perfectamente calculado para lograrlo. Sin duda, cualquier cosa en la que concentras tu atención se expande, con un plan bien definido, determinación, constancia y un contexto adecuado, llegaras tan lejos como puedas.

¿Qué ocurre en el proceso de alcanzar las metas?

La convulsionada y competitiva sociedad del siglo XXI, exige resultados rápidos, resultados instantáneos con poco o ningún esfuerzo. Esta condición puede generar estados de ansiedad y estrés, propiciando insatisfacción, aun alcanzando lo propuesto. Si, por el contrario, no se logra cumplir con el plan, es posible experimentar altos niveles de frustración, decepción o incluso depresión.

Algunos datos publicados por la Organización Mundial para la Salud (OMS) indican que “la depresión continúa ocupando la principal posición entre los trastornos mentales, y es dos veces más frecuente en mujeres que hombres. Entre el 10 y 15% de las mujeres en países industrializados y entre 20 y 40% de las mujeres en países en desarrollo, sufren de depresión”.

Ante estas alarmantes cifras, es necesario que el plan de acción que decidamos llevar a cabo, sea una guía, un vehículo y no un demoledor de nuestra salud mental, emocional y física.

Es posible que tú, al igual que yo, en algún punto te has sentido atrapada por la falta de confianza o por patrones de comportamientos de los cuales no logras liberarte tan fácilmente. En momentos como estos te invade la parálisis, te sientes abrumada y, a menudo, no tienes idea de cómo avanzar. ¡Este es el momento de pedir ayuda!

Entonces, no se trata solo de lograr el conjunto de objetivos y metas que nos propongamos, cada avance debe ser progresivo, debe conducirnos hacia la expansión de la consciencia que nos permita desbloquear y descubrir nuestro verdadero potencial en ese proceso.

Evolucionar implica un progreso necesario dado a través de un impulso vital que es consciencia, que además contiene el carácter creador de la evolución misma.

La trascendencia comprendida como la superación, es ese paso que debemos dar hacia el otro lado para poder acceder y comprender nuestra existencia en el mundo desde una perspectiva más amplia, más nítida, más libre.

Se trata entonces de avanzar, libres de los juicios internos y externos, de anclas, de ataduras muchas veces impuestas, de sobreponernos y estar a la altura de las dificultades que se nos presenten, no dejarnos arrastrar por la ola y seguir devotamente firmes hacia nuestro propósito.

Cabe entonces preguntarnos: ¿Quién soy hoy y en quién debo convertirme para alcanzar mis objetivos?

Cuando combinas acción interior y acción exterior, cuando rompes con viejos patrones y construyes nuevos, logras hacer posible lo imposible avanzando progresivamente sin límites, porque como ser humano tienes la capacidad de decidir conscientemente cómo puedes ser y crear una vida coherente con tu verdadera naturaleza. Recuerda que somos el reflejo de las decisiones que tomamos en la vida.

Alcanzar tus metas, tus objetivos, tus deseos y anhelos más profundos, de manera libre, alegre, sensible, sana emocional, mental, física y espiritualmente, se convierte en un hermoso proceso de evolución y trascendencia.

Deseo inmensamente para ti Evolución y Trascendencia este 2023.