Esta frase simple y al mismo tiempo tan compleja, pudiera parecer un cliché. Sin embargo, es una condición necesaria para que cualquier persona logre una vida sana desde el punto de vista físico, mental, emocional y energético.

Aun cuando un inmenso número de seres humanos tienen dificultades para alcanzar dimensiones sutiles que provienen de su propia naturaleza, existen herramientas que, aplicándolas correctamente, hacen de nuestra vida una hermosa experiencia en armonía y equilibrio con el universo.

Un paso sencillo en esta dirección es observar cómo se encuentra nuestro nivel vibratorio, recuerda que cada pensamiento, emoción o estado mental tiene su correspondiente intensidad y modalidad vibratoria.

Si albergamos en nuestro interior pensamientos y emociones de gratitud, alegría, amor, mantenernos en armonía  y  equilibrados,  será una consecuencia natural.

Nuestros niveles de vibratorios determinan nuestros niveles de atracción, por lo tanto, eres tú la fuente ilimitada de tu bienestar.  Es momento que tu mundo interior transcurra de la manera agradable que deseas.

La observación diaria de nuestros pensamientos y emociones nos abre la posibilidad de modificar de manera consciente patrones, hábitos, creencias e instalar nuevos códigos que nos induzcan a hacer las cosas diferentes.

¿Esto se logra de la noche a la mañana? No, la frustración, el miedo, la ansiedad pueden aparecer en cualquier momento. La buena noticia es que al estar consciente comienzas a darte cuenta del sagrado poder de creación que posees. Autocorriges y sigues avanzando hacia estados de coherencia que te llevaran al equilibrio y a enamorarte de este estado agradable. Una vez allí, sabrás cómo llegar cada vez que sientas que retrocedes.

Cuando somos más conscientes de nosotros mismos, de nuestra preciosa naturaleza humana, iniciamos un hermoso proceso evolutivo y allí rompemos condicionamientos para pasar a nuevas dimensiones que nos conducirán a emociones elevadas que nos permiten vivir en el presente y crear un futuro desde nuestra verdadera naturaleza.